ÉTICA Y RENTABILIDAD

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La ética es la ventaja competitiva más solvente, estable, sostenible y determinante que puede incorporar una organización
 
A. Ruth Rodríguez – InHouse Corporate Lawyer

En nuestro artículo anterior, después de definir la ÉTICA COMO CARÁCTER, una forma de ser y comportarse consciente y convencida (el alma del negocio) indicábamos que la ética es rentable y dábamos ejemplos concretos, pero no quiero cerrar este círculo sin reflexionar algo más sobre la ética como valor rentable en las compañías y su vinculación con la sostenibilidad.

Hasta hace 10 o 15 años el modelo empresarial tenía como objetivo fundamental ganar dinero, daba igual los medios utilizados para ello. Las empresas tenían una visión tan a corto plazo que pensaban que no se podían permitir el lujo de ser éticas, aunque se preocupaban por dar una buena imagen para sostener una reputación social que se revelaba falsa. La paradoja es que este tipo de empresas están condenadas a desaparecer, porque no son sostenibles, no saben quién son ni a dónde van.

Los tiempos han cambiado y las empresas han sido empapadas por factores externos, ya sea culturales, medioambientales, sociales o legislativos, que les han obligado a girar la cabeza hacia el entorno y valorar que no es suficiente con ganar dinero, deber crear riqueza para la sociedad, y eso es lo que les permitirá la supervivencia primero y la diferenciación después.

En los estudios actuales, los elementos  intangibles tienen un peso cada vez mayor a la hora de valorar una empresa, pero la ética no supone sólo elementos intangibles, sino que también está relacionada con la eficiencia de recursos. Es mucho más rentable e inteligente apostar por una cultura ética basada en valores que sólo crear normas, reglamentos internos, etc., que además de redactar hay que cumplir y hacer cumplir.

Estos estudios también corroboran que existe una alta correlación entre ética y mayor rentabilidad media: las mejores empresas en el terreno ético tienen un retorno hasta un 35% mayor que las de otros índices de referencia, como por ejemplo S&P 500 ¿Cuáles son las razones de su éxito? Para actuar con eficacia, es necesario el concierto; para actuar con concierto es necesario la confianza; y ésta no existe sino hay opiniones comunes, valores comunes e intereses comunes.

La ética es denominador común a las empresas que consiguen ser muy competitivas no solo en resultados sino también en aceptación social, laboral, en su comunidad. Este tipo de organizaciones interesan por tres motivos:

1) El ser competitivas  y a la vez  “éticas” implica que son muy buenas, eficaces y eficientes en lo que hacen y su trabajo transfiere valor a la sociedad. 

2) Son organizaciones que respetando las normas y las reglas del juego logran  que sus ofertas de valor sean ser más atractivas que la del resto de competidores

3) Y, por último, una compañía que integra como valor innegociable la ética en sus negocios, es alguien en quien se puede confiar y eso el mercado lo nota y se convierte en un elemento diferenciador. 

LA ÉTICA ES LA VENTAJA COMPETITIVA MÁS SOLVENTE, ESTABLE, SOSTENIBLE Y DETERMINANTE QUE PUEDE INCORPORAR UNA ORGANIZACIÓN. Con la ética como valor, las empresas pueden conseguir buenos (mejores) resultados, aunque alguno mantenga que esta es cara, pero más caro sale sanciones, mala reputación, mala imagen de marca, trabajadores descontentos, si lo que pretendemos es ser empresas serias y responsables.

Por poner un ejemplo, un informe de Deloitte revela que para 6 de cada 10 millennials, el propósito o misión de las empresas es una de las razones de haber escogido sus trabajos y empleos, y como consumidores, son tremendamente fieles y sensibles con los Principios y Valores, Éticos y Humanos, cuya decisión de compra está condicionada por estos criterios.  

No obstante, hay que ser ético en la vida profesional y en la gestión empresarial no porque sea rentable, es lo mismo que si nos preguntamos si ser amable es rentable. Hay que ser ético por la voluntad de conseguir una excelencia profesional (poner en juego investigación, imaginación y creatividad) y por el deseo de ser un agente real del cambio.
 

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